martes, 22 de diciembre de 2009

Incursión en el Sur de Vietnam

Después de ver tanta película de guerra ambientada en Vietnam, que mejor que cruzar la frontera entre Camboya y Vietnam a través del río Mekong, en una barca capitaneada por una simpática pareja vietnamita. Un relajado viaje en el tiempo (y no sólo por la lentitud de la barca) a través de multitud de riachuelos, modestas barcas y casas de madera, e interminables campos de arroz.

Como parada en el Mekong, elegimos la ciudad de Can Tho (1,1 mill.). En lo que iba a ser mi renovado afán por alejarme de los lugares turísticos, una de las noches que pasamos en la ciudad, con el “abuelo Juan Fran” cansado, le pedí a un moto – taxista (te vale cualquiera que lleve una moto) que me llevará al lugar donde se concentraba la gente local, ya que no me podía creer que los cuatro bares del centro, con 5 guiris y 10 “sospechosas” vietnamitas por bar, fuera el ambiente real de la ciudad. Por 0,3 euros me llevo a una explanada al lado del estadio de futbol, unos cinco kilómetros del centro, donde los jóvenes se juntaban alrededor de mesas en pequeñas sillas tipo “cumpleaños de mi sobri”. Abastecidos de alcohol y comida por puestos ambulantes que surgieron de la nada. Lo más parecido a un botellón “light” que he visto hasta la fecha, donde a los pocos segundos de sentarme a tomarme unas cervezas, la gente se fue acercando a preguntarme no sé bien qué, porque no hablaba nadie ingles. Tras la cuarta cerveza, paso a ser una de las noches más divertidas del viaje.

Tras nuestro paso por el Mekong, viaje en autobús a la ciudad de Saigón (7,1 mill.), que pese al empeño del gobierno comunista en llamarla Ciudad de Ho Chi Min (fundador del partido comunista) desde su invasión en 1975, sus habitantes continúan refiriéndose a ella como Saigón, ya que por estas latitudes de Vietnam, lo del comunismo sigue sin calar. Ciudad con más parecido a Bangkok que a la propia Hanoi, donde impacta la multitud ingente de motos que pueblan la ciudad a cualquier hora del día y de la noche.

De Saigon, 10 horas en tren hasta Nham Trang (350 mil), donde teníamos intención de realizar un curso de kite surf, pero que no fue posible por ser temporada baja y el único centro que realizaba cursos en dichas fechas nos quería cobrar una fortuna. La ciudad, que tiene toda la pinta de convertirse en un futuro cercano en la Benidorm de Vietnam, no merece una visita. Pese a que alejándote unos kilómetros hacia el norte (nosotros fuimos en bicicleta), al pasar el puente que divide la ciudad, es posible encontrar una ciudad pesquera con algo de más encanto que los hoteles y luces de neón de su centro urbano.


11. Vietnam.Sur

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